Dos de las características principales de la pintura de esmalte, que es el recubrimiento preferido para trabajos de madera y molduras interiores, son la penetración al grano y la durabilidad. Por lo tanto, cuando pintas sobre esmalte, debes asegurarte de que esté bien adherido al sustrato y no se levante después de haber pintado sobre él.
Aprende a repintar sobre esmalte con estos consejos
Además, debido a que la mayoría de los esmaltes son brillantes, es importante opacar la superficie para asegurar la adherencia de la nueva pintura. Esto es especialmente cierto cuando se pinta sobre un esmalte a base de aceite con uno a base de agua. El uso del primer junto con una limpieza y desengrasado garantiza los mejores resultados.
¿Qué necesitas?
Limpia la pintura vieja con un detergente para cortar grasa: Puedes comprar un limpiador de pre-pintura, este se puede rociar y limpiar. También puede lavar la superficie pintada con una solución de 1 taza de detergente de fosfato trisódico en 2 litros de agua tibia. Seque la superficie con un trapo limpio después de lavarla con la solución de fosfato trisódico.
Lija suavemente la superficie: Limpia el polvo de lijado con un paño seco.
Aplica una capa de primer sobre la pintura vieja: El primer opacará el brillo del esmalte y permitirá que la nueva pintura se adhiera mejor.
Elige la brocha adecuada para aplicar la nueva pintura: Si estás pintando sobre esmalte a base de agua, lo mejor es usar una brocha de cerdas sintéticas, pero usa una de cerdas naturales para pintar sobre el esmalte a base de aceite.
Aplica la nueva pintura: Una vez que la capa de primer se seque, aplica la primera capa de pintura, lo más recomendable es que utilices una pintura base de látex, esta tendrá mayor adherencia sobre la superficie esmaltada y además tiene mayor durabilidad.
Además, debido a que la mayoría de los esmaltes son brillantes, es importante opacar la superficie para asegurar la adherencia de la nueva pintura. Esto es especialmente cierto cuando se pinta sobre un esmalte a base de aceite con uno a base de agua. El uso del primer junto con una limpieza y desengrasado garantiza los mejores resultados.
¿Qué necesitas?
- Raspador de pintura
- Cepillo de alambre
- Limpiador de pintura
- Fosfato trisódico
- Trapo limpio
- Papel de lija
- Primer
- Brocha
Limpia la pintura vieja con un detergente para cortar grasa: Puedes comprar un limpiador de pre-pintura, este se puede rociar y limpiar. También puede lavar la superficie pintada con una solución de 1 taza de detergente de fosfato trisódico en 2 litros de agua tibia. Seque la superficie con un trapo limpio después de lavarla con la solución de fosfato trisódico.
Lija suavemente la superficie: Limpia el polvo de lijado con un paño seco.
Aplica una capa de primer sobre la pintura vieja: El primer opacará el brillo del esmalte y permitirá que la nueva pintura se adhiera mejor.
Elige la brocha adecuada para aplicar la nueva pintura: Si estás pintando sobre esmalte a base de agua, lo mejor es usar una brocha de cerdas sintéticas, pero usa una de cerdas naturales para pintar sobre el esmalte a base de aceite.
Aplica la nueva pintura: Una vez que la capa de primer se seque, aplica la primera capa de pintura, lo más recomendable es que utilices una pintura base de látex, esta tendrá mayor adherencia sobre la superficie esmaltada y además tiene mayor durabilidad.
Permite que la pintura se seque entre capas, recuerda elegir una pintura de calidad, ya que de esto dependerá la cantidad de capas de pintura que deberás a aplicar, la pintura de calidad tiene mayor adherencia y solo necesitarás unas dos capas.
Consejos
Consejos
- Los pintores profesionales usan brochas de alta calidad y las limpian a fondo con un cepillo de alambre y agua o diluyente después de cada uso. De esta manera, las brochas pueden durar años.
- El procedimiento para volver a pintar el esmalte en una superficie metálica es similar, pero debes tratar el metal desnudo con un inhibidor de óxido antes de pintarlo.